NUESTRO PRIMER AÑO
Hace justo un año (¡ya!) nacía Late mi Lente, en algún lugar entre mi cabeza y mi corazón. Con mucha ilusión y algo de miedo, le fui dando forma poco a poco: ideé el nombre (otro día os cuento su historia), encargué el logotipo a Ten tu logo y la web a El alce web (gracias a ambos por vuestra paciencia y sabios consejos), y continué con mis estudios de fotografía en los huecos que mi anterior trabajo a tiempo completo y mi hijo me permitían.
Entusiasmada, poco a poco fui ampliando portfolio y definiendo mi estilo personal: la luz natural, los colores vivos, la espontaneidad y la ternura, han sido siempre mi máxima inspiración. En septiembre, por fin, abría la página de Facebook y de Instagram, con muchas ganas y algo de timidez.
Y así, Late mi Lente empezó a coger forma y a darse a conocer por las redes, también impulsada por tantos amigos generosos que no han dudado en compartir mi trabajo allá por donde iban. Soy muy afortunada.
Y con todo ello, como en una rueda que poco a poco va tomando velocidad, que sortea las piedras y los baches aumentando su destreza y habilidad por momentos, que es capaz de apretar en las cuestas arriba y dejarse caer feliz y confiada en las cuestas abajo, termino el año convencida de que el próximo va a ser aún mejor.
Millones de gracias a todos los que habéis confiado en mí, valorando mi trabajo y disfrutándolo al otro lado de la cámara. En vuestra boda, en el bautizo, en el parque, en el salón de casa, y hasta en la cocina. Ni en mis mejores sueños podía imaginar una acogida tan maravillosa.
Feliz Año Nuevo, amigos.
Y que nunca os falten los sueños, que sin duda son el motor de nuestra vida.