SESIÓN DE FOTOS BONITAS DE MERCHE

Merche contactó conmigo a través de la página de Facebook de Late mi Lente. Me seguía desde algún tiempo, y siempre comentaba las fotos con entusiasmo. Aseguraba que algún día se atrevería con una de aquellas sesiones, y finalmente, así fue.

Para una persona que nunca ha posado frente a una cámara profesional, imaginarse en tal situación, suele generar dudas y miedos: ¿sabré qué cara poner? ¿Cómo me coloco? ¡Pero si no soy modelo! ¿Y qué ropa me pongo? ¿Me maquillo yo misma? ¿Tengo que ir a la peluquería?

Todas esas dudas, y alguna más, fueron resueltas con un documento de preguntas y respuestas, que le envié por correo electrónico como primera toma de contacto. Después, hablamos por teléfono sobre el tipo de sesión que le apetecía tener, y me envió algunas fotos suyas, que me ayudaron a inspirar el boceto de lo que sería su Sesión de fotos bonitas.

Decidimos que el lugar perfecto para ello, sería Patones de Arriba en los primeros días de otoño. Susana (Sux Make Ups)  la maquillaría, y ella iría a su peluquería de confianza el día anterior. Tendría un par de cambios de ropa, con combinaciones que ambas decidimos por WhatsApp. Yo le llevaría, además, una falda de tul para darle un toque diferente, y algunos complementos.

Para cuando llegó el día, Merche y yo ya éramos ya casi como amigas, a pesar de no habernos visto nunca. Ella confiaba en mí, y yo estaba enormemente ilusionada por lograr captar con mi cámara tanto como me había transmitido.

Reconozco que me encanta hacer fotos a personas que no son modelos profesionales. Intentar sacar el máximo partido a alguien que no tiene experiencia frente a la cámara, es un reto que me aporta muchísima satisfacción. Tanto es así, que la mayoría de las fotos que muestro en mi página web, son de gente ajena al mundo de la imagen.

Por fin llegamos a Patones, con un día inestable tal y como marcaban las predicciones meteorológicas que había ido consultando. Cada rincón era un espectáculo de colores, las calles empinadas tenían una luz especial, y aún no habían llegado los turistas que cada fin de semana acuden a sus pintorescos restaurantes.

Merche estaba radiante y muy animada y, tras unas primeras fotos de rodaje para ambas, enseguida cogió confianza con la cámara y conmigo.

En un agradable paseo, fuimos escogiendo los entornos más bonitos e inspiradores. La luz era perfecta, filtrada por las nubes dándole un aspecto melancólico y romántico a nuestras estampas.

Aconsejé a Merche sobre las mejores posturas, la colocación de las manos (tan, tan expresivas siempre), la cara… pero  también dimos rienda suelta a su buen humor y a su espontaneidad. Porque de eso se trata, ¿verdad?, de plasmar el alma en imágenes.

Pasadas dos semanas del día de la sesión, Merche pudo disfrutar del resultado con sus 30 fotografías editadas y en alta resolución.

¿Queréis ver una selección?